La pandemia de Covid-19 es la última amenaza para alcanzar los ambiciosos objetivos de protección de los bosques, según revela el último informe mundial sobre los bosques, dejando de manifiesto la importancia que ellos tienen para el bienestar planetario, por lo que este reconocimiento debe ser respondido ahora con una acción colectiva.

El reporte anual sobre los Objetivos Forestales Globales se presentó durante la 16° sesión del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB), celebrada entre el 26 y el 30 de abril, parte en forma presencial en la sede del organismo mundial en Nueva York y otra parte online.

El documento plantea el progreso de los países en el cumplimiento de los ambiciosos objetivos establecidos en el Plan Estratégico de las Naciones Unidas para los Bosques 2030 y se basa en datos e información presentados por 52 Estados miembros que engloban 75% de los bosques del mundo.

En el marco de ese plan, los países se comprometieron a acelerar el ritmo de la protección de los bosques, pasando del objetivo inicial de lograr la deforestación neta a aumentar la superficie forestal mundial en 3% para 2030 y a erradicar la pobreza extrema para todas las personas que dependen de los bosques.

Luis Gianelli, gerente de Bosques y Cambio Climático de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), quien participó de manera online representando al país, destacó que el sector forestal chileno es ampliamente reconocido a nivel mundial, compuesto por 14,7 millones de hectáreas de bosque nativo, de las cuales más del 25% se encuentran bajo protección del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), resaltando por su biodiversidad y su alto grado de endemismo. Junto con esto, sostuvo, Chile cuenta con 3,1 millones de hectáreas de bosques plantados, generando productos que posicionan al sector como el segundo poder exportador del país tras la minería del cobre.

“Esta condición -dijo Gianelli en el Foro mundial- hace que en nuestro país los bosques neutralicen el 62% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) generadas por otros sectores productivos del país. Ante la emergencia climática mundial, Chile se ha propuesto alcanzar la carbono neutralidad al año 2050, con el fin de mejorar la calidad de vida actual y futura”.

Refiriéndose a la crisis sanitaria producto del coronavirus (COVID-19), el gerente de CONAF indicó que tendrá mayores impactos en este sector más vulnerable: personas con problemas de salud subyacentes, adultos mayores, jóvenes desempleados, personas subempleadas, mujeres y trabajadores migrantes, son parte de una condición muy propia del mundo rural.

Es por lo anterior que la gestión forestal sostenible y las soluciones basadas en la naturaleza podrían volverse un componente fundamental para los esfuerzos de creación de empleos y ofrecer ventajas únicas para cumplir con algunos objetivos económicos, sociales y ambientales, por lo que las inversiones públicas (“verdes”) dirigidas podrían crear una cantidad importante de nuevos empleos en materia de forestación, recuperación, manejo de bosques plantados y nativos, producción de plantas en viveros, además de la protección contra incendios forestales, expuso.

Compromisos con la acción climática
Según afirmó Gianelli, “Chile refleja su compromiso con la acción climática a través de la reciente actualización de la NDC (Contribución Determinada a Nivel Nacional), aumentando al doble las metas de mitigación e incorporando una nueva meta de reducción de emisiones del sector forestal por degradación y deforestación del bosque nativo en un 25% al 2030. Estas contribuciones son los principales instrumentos que guían la acción climática en la búsqueda por detener el aumento de la temperatura promedio global, de aumentar la resiliencia del planeta y de movilizar inversiones públicas y privadas en la senda de un desarrollo sostenible, que considere las variables ambientales, sociales y económicas de manera equilibrada”.

De esta forma, en materia de reducción de las emisiones del sector forestal por degradación y deforestación, el compromiso de Chile debe estar vinculado a mecanismos de financiamiento contenidos en REDD+ y su tercera fase de “Pago por Resultados”, entre ellas el Fondo Verde para el Clima (FVC) con el proyecto +Bosques que CONAF se adjudicó en noviembre de 2019 para pagos basados por resultados. El proyecto presentando, en conjunto con FAO como entidad acreditada, se enmarca en la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV). Con esta iniciativa se recibirán pagos por US$ 63,6 millones correspondientes a las reducciones de emisiones generadas en el período 2014-2016 entre las regiones del Maule y Los Lagos.

Adicionalmente, en diciembre se firmó el Acuerdo de Pago por Reducción de Emisiones (ERPA, por sus siglas en inglés) del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF), el cual fue aprobado por la entidad en 2017. En el acuerdo se establece una transacción de MM 5,2 de toneladas de CO2eq con el Banco Mundial como fiduciario del FCPF para los periodos 2018-2025, que permitirá recibir un monto máximo de US$ 26 millones.

Por último, se resaltó la necesidad de financiamiento por parte del Estado y mecanismos para implementar incentivos, es decir, instrumento de política pública que contenga bonificaciones para que los/las propietarios/as forestales se interesen en participar en los distintos programas, así como continuar gestionando el programa REDD+ del país y su tercera fase de “Pago por Resultados”, el cual considera diversas vías de financiamiento, tanto públicas, privadas, multilaterales y/o acuerdos bilaterales, que permitan cumplir con las metas propuestas.

Luis Gianelli, gerente de Bosques y Cambio Climático de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), participó de manera online representando al país.
Luis Gianelli, gerente de Bosques y Cambio Climático de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), participó de manera online representando al país.
3 mayo, 2021