Ejerciendo el rescate de su memoria colectiva en materia de recursos vegetacionales y adelantando la fecha oficial que es el 25 de julio, la comunidad de Las Llosyas (sector Las Maitas, del valle de Azapa) a través de su Club del Adulto Mayor “Pago de Gómez”, celebró junto a CONAF y autoridades invitadas, el Día de la Mujer Afrodescendiente.

La jornada tuvo lugar en la plaza del Villorrio Primavera, el que ahora tendrá especies propias del patrimonio cultural afro de los valles costeros de la región.   “El rescate, según lo explicó el director regional de CONAF, Héctor Peñaranda, fue posible, gracias al trabajo colaborativo entre las comunidades afrodescendientes y la CONAF, gracias a la colecta de semillas de especies que han ido desapareciendo”.

Chololo, pacay y algodón forman parte de la memoria colectiva de mujeres y hombres afrodescendientes, y en esta oportunidad el Club Adulto Mayor “Pago de Gómez”, quiso también que niños, niñas y jóvenes estuvieran en la jornada –de allí que se programó de manera previa al término de vacaciones de invierno-, para traspasarles este conocimiento.  El encuentro sumó también las comidas propias de la comunidad, y relatos y canciones por parte de los niños, así como la interpretación de un porro sabanero, de la zona negra de Cartagena de Indias, interpretado por la migrante colombiana Petra Regino.

¿Qué representa para las mujeres afrodescendiente contar de nuevo hoy en día con estas plantas?  Nos responde María Elena Castillo, presidenta de la agrupación, señalando: “Es un sentimiento, porque es parte de nuestra historia.  El tener estos árboles acá y que nuestros  niños conozcan  para qué fueron usados, nos hace sentirnos orgullosos. Agradecemos a CONAF que nos recibió las semillas, porque este apoyo es recuperar nuestra historia. Y ninguna comunidad, sin historia, puede seguir avanzando.  Estoy más que contenta”.

En tanto Cristian Báez, presidente de la Agrupación Lumbanga tuvo la misión de mostrarle a los viveristas de CONAF, los pocos lugares donde aún quedan  estos árboles a fin de concretar la colecta de semillas.  Para el dirigente esta acción tiene que ver con el tema de la búsqueda de la negritud como identidad.

“En el movimiento afro se ha buscado ese concepto en las danzas y los cantos, pero es algo más amplio, que tiene que ver con un territorio tradicional o ancestral.  Y en ese contexto, las negritudes de muchas personas son distintas.  Algunos dicen yo me siento negro teniendo mi pacay al lado, teniendo mi chololo o mi algodón.  Entonces bajo esa reflexión de los abuelos, vimos que más allá del baile, era necesario proponer que CONAF se insertara para que se impulsara el rescate de estos árboles que se estaban perdiendo”.

Y concluye indicando que “esto es ir no sólo a un reconocimiento de los aspectos fenotípicos de los afros, sino también de los aspectos culturales”.   Las plantas entonces visibilizan esa historia, a la par que hoy vuelven a entregar su aporte ecológico en tiempos difíciles para la biodiversidad.

Las colectas
Báez cuenta que “ubicamos tres lugares donde queda chololo y gracias a eso pudimos iniciar este rescate.  Con el algodón era más fácil, y el con el pacay fue una abuelita afro, doña Lucía Huanca Astoraica,  la que nos facilitó su árbol de más de cincuenta años, y de ahí sacaron las semillas los funcionarios de CONAF”.   Agrega que “me siento contento, porque es un trabajo que está dando fruto, y no sólo para nosotros, sino en general para la comunidad.  De hecho soñamos que el municipio use también en las áreas verdes árboles que nos identifican. Es un desafío”, plantea.

Desde el vivero de CONAF en tanto, David Robles recuerda que fue clave saber los lugares para hacer la colecta de semillas.  El trabajo conjunto incluyó también charlas para que las personas supieran cómo conservar las semillas, las que deben guardarse en bolsas de papel y no plásticas para evitar hongos.  Y para conocer su viabilidad, en el caso del algodón las semillas se colocan en agua fría, las que flotan se desechan, las restantes ya están aptas para ir a los speeling para su desarrollo y primeros brotes.

El director de CONAF, refiere asimismo que el trabajo de los viveristas ha sido de aciertos y errores, pero finalmente se ha avanzado y así lo indican los datos.  El 2012 incursionamos con las primeras producciones de algodón.  Luego el 2015 surge el trabajo conjunto con las comunidades afro, que derivaron en la entrega durante el 2016 de 382 unidades entre las tres especies.  El 2017 fueron 303, y en lo que va corrido del 2018, van 151 plantas de algodón, pacay y chololo entregados en Arica.

Usos
El chololo, mi mamá lo usaba para lavarnos la cabeza.  También para limpiar los ternos de paño que se usaban antes.  Además los niños jugaban con las bolitas. Y en otros países vemos cómo se usan en artesanía, pero la semilla hay que saberla trabajar, porque es muy dura.

El pacay en Chile es único de esta región.  No todos lo saben comer. La gente que llega del sur no lo conoce y no saben lo que se pierden, porque es un manjar el algodón que envuelve la semilla. Pero el pacay se está perdiendo porque su semilla es como celosa.  Hay que saberla trabajar.  Es un árbol de agua.  Pero si se le echa mucha agua, se pudre.  Si no se le echa, se seca.  Entonces hay que saberla trabajar cuando está en su punto.  Cuando tiene su primera raicilla afuera.

Sobre el algodón sabemos que allí trabajaron los negros.  Fueron la mano de obra.  Ahora queremos que alguien nos enseñe a trabajar y a hilar el algodón.  Queremos recuperarlo.  Antes se usaba en la mollerita en las guaguas recién nacidas, para que no se resfriaran.

Otro cultivo que forma parte de la cultura afro es la caña de azúcar.  “Es como el símbolo del trabajo que hacían los negros aquí en el sector y en Las Maitas.  Nosotros decimos ´negro con mala dentadura es porque no ha comido caña de azúcar´, porque ayudaba a su limpieza”.  La idea de agregarlo al trabajo con CONAF, quedó rondando en las conversaciones como un posible nuevo desafío.

Chololo, pacay y algodón forman parte de la memoria colectiva de mujeres y hombres afrodescendientes.
Chololo, pacay y algodón forman parte de la memoria colectiva de mujeres y hombres afrodescendientes.
23 julio, 2018