El 37,6 % de la superficie de la región está cubierta de praderas y matorrales y el 1,5 % de bosques son algunos de los datos que arrojó la actualización del Catastro de recursos vegetacionales nativos de Tarapacá, desarrollado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), a través de la consultora Biota Gestión y Consultorias Ambientales Limitada.

El estudio, presentado en Iquique por la Gerencia de Fiscalización y Evaluación Ambiental de la Corporación, tuvo como objetivo realizar un levantamiento de la vegetación con mayor escala de detalle, obteniendo un aumento de la resolución geoespacial de 4 hectáreas.

Igualmente, se monitorearon los cambios y actualizó el uso de suelo, empleando la metodología de la carta de ocupación de tierras, junto con cartografiar el uso de bosque de acuerdo a su definición legal.

El análisis, además, contempló el levantamiento de la vegetación y usos del suelo en áreas circundantes a centros urbanos y en las dos unidades del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) regional –Parque Nacional Volcán Isluga y Reserva Nacional Pampa del Tamarugal–, con una resolución cartográfica a una hectárea, que entregó información relevante para la protección de especies que están con problemas de conservación y para acciones de prevención de incendios forestales.

Julio Barros, director regional de CONAF, indicó que “el catastro es un soporte cartográfico que nos permitirá contar con información renovada sobre la localización, distribución y estado de las comunidades vegetales, enriqueciendo la base de datos y proporcionándonos mayor información para la gestión que realizamos en el territorio”.

El estudio visibiliza después de veinte años las reales cifras de los recursos, ya que renueva el catastro del año 1997. En este sentido, la actualización arrojó que la región posee 1.589.374 hectáreas de praderas y matorrales y 62.510 de bosques. Además de la presencia de once especies en categoría de conservación y de tres pisos vegetacionales con protección, de los que destaca el bosque de tamarugo.

Rodrigo Henríquez, gerente de Fiscalización y Evaluación Ambiental de CONAF, explicó que con este trabajo se entrega una nueva línea base que se transforma en una herramienta de gestión importante para CONAF y otros servicios. Igualmente indicó que “para nosotros es crucial la información y, sumado a nuevas tecnologías como el Sistema de Monitoreo Satelital y drones, nos permiten focalizar nuestras acciones de fiscalización y monitoreo donde se encuentran estas formaciones y contribuir a la sostenibilidad de los recursos vegetacionales”.

El estudio presentado en Iquique por la gerencia de Fiscalización y Evaluación Ambiental de la Corporación tuvo como objetivo realizar un levantamiento de la vegetación con mayor escala de detalle.
El estudio presentado en Iquique por la gerencia de Fiscalización y Evaluación Ambiental de la Corporación tuvo como objetivo realizar un levantamiento de la vegetación con mayor escala de detalle.
5 marzo, 2018

El 37,6 % de la superficie de la región está cubierta de praderas y matorrales y el 1,5 % de bosques son algunos de los datos que arrojó la actualización del Catastro de recursos vegetacionales nativos de Tarapacá, desarrollado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), a través de la consultora Biota Gestión y Consultorias Ambientales Limitada.

El estudio, presentado en Iquique por la Gerencia de Fiscalización y Evaluación Ambiental de la Corporación, tuvo como objetivo realizar un levantamiento de la vegetación con mayor escala de detalle, obteniendo un aumento de la resolución geoespacial de 4 hectáreas.

Igualmente, se monitorearon los cambios y actualizó el uso de suelo, empleando la metodología de la carta de ocupación de tierras, junto con cartografiar el uso de bosque de acuerdo a su definición legal.

El análisis, además, contempló el levantamiento de la vegetación y usos del suelo en áreas circundantes a centros urbanos y en las dos unidades del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) regional –Parque Nacional Volcán Isluga y Reserva Nacional Pampa del Tamarugal–, con una resolución cartográfica a una hectárea, que entregó información relevante para la protección de especies que están con problemas de conservación y para acciones de prevención de incendios forestales.

Julio Barros, director regional de CONAF, indicó que “el catastro es un soporte cartográfico que nos permitirá contar con información renovada sobre la localización, distribución y estado de las comunidades vegetales, enriqueciendo la base de datos y proporcionándonos mayor información para la gestión que realizamos en el territorio”.

El estudio visibiliza después de veinte años las reales cifras de los recursos, ya que renueva el catastro del año 1997. En este sentido, la actualización arrojó que la región posee 1.589.374 hectáreas de praderas y matorrales y 62.510 de bosques. Además de la presencia de once especies en categoría de conservación y de tres pisos vegetacionales con protección, de los que destaca el bosque de tamarugo.

Rodrigo Henríquez, gerente de Fiscalización y Evaluación Ambiental de CONAF, explicó que con este trabajo se entrega una nueva línea base que se transforma en una herramienta de gestión importante para CONAF y otros servicios. Igualmente indicó que “para nosotros es crucial la información y, sumado a nuevas tecnologías como el Sistema de Monitoreo Satelital y drones, nos permiten focalizar nuestras acciones de fiscalización y monitoreo donde se encuentran estas formaciones y contribuir a la sostenibilidad de los recursos vegetacionales”.

El estudio presentado en Iquique por la gerencia de Fiscalización y Evaluación Ambiental de la Corporación tuvo como objetivo realizar un levantamiento de la vegetación con mayor escala de detalle.
El estudio presentado en Iquique por la gerencia de Fiscalización y Evaluación Ambiental de la Corporación tuvo como objetivo realizar un levantamiento de la vegetación con mayor escala de detalle.
5 marzo, 2018